RESEÑA DE ‘CORSARIOS IBICENCOS EN GIBRALTAR’

Trece colonias inglesas en Norteamérica combaten a finales del siglo XVIII una guerra que cambiaría el mundo y que finalmente les conseguiría la independencia del dominio ejercido desde Londres. Al mismo tiempo, a miles de kilómetros, navegantes ibicencos se esfuerzan por tomar el peñón de Gibraltar y Menorca, entonces en manos británicas.

Los jabeques fueron la nave utilizada por los corsarios ibicencos por su gran velocidad.

El investigador y ex piloto de aviación naval José M. Prats Marí desarrolla un apasionante seguimiento de estas dos contiendas relacionadas en su nuevo libro ‘Corsarios ibicencos en Gibraltar‘. Esta publicación, que forma parte de la colección Barbaria de ensayo, se centra en las operaciones de marineros locales que patrullaban las aguas entre Gibraltar y Menorca a la busca y captura de embarcaciones enemigas.

Prats Marí repasa las intervenciones de todo tipo de los corsarios pitiusos Bartolomé Cavanillas, Antonio Ferrer, Miguel García, Antonio Serra, Juan Palau, Rafael Prats, Juan Ros y Bernardino Sastre. Entre ellas hubo algunas desafortunadas, como el abordaje de una nave menorquina por parte de Palau que no fue recompensado por no tener la patente de corso necesaria para realizar esta función. Por su parte, Ferrer tuvo un papel más importante al interceptar frente a la costa de Almería un barco mahonés que transportaba provisiones a Gibraltar.

El autor también ofrece a lo largo del libro una visión general de la vida que llevaban aquellos que prestaban su servicio a la Real Armada Española. Después de exponer las características de sus embarcaciones y las condiciones económicas a las que debían hacer frente, Prats Marí concluye: «El oficio de corsario no era tan rentable como uno se podría imaginar, al menos en la segunda mitad del siglo XVIII; y muy probablemente los marineros de las Islas Baleares se hicieron corsarios por necesidad y no por otra cosa».

Por Miguel González

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